lunes, 23 de junio de 2008

Entrevista a MIKEL BUESA, candidato de UPyD“Hay que impulsar la industria española a través de las empresas españolas” (del periódico De Verdad)

Proponemos una reforma fiscal que alivie la situación de los trabajadores asalariados, equiparando la fiscalidad que se aplica a las rentas de capital a las que actualmente tienen las rentas del trabajo

Todo el país conoce a Mikel Buesa por su destacada participación en la lucha contra el terrorismo y por la libertad en el País Vasco, desde su puesto de presidente del Foro de Ermua. Cargo que abandonó recientemente para incorporarse a UPD, el nuevo partido creado por Rosa Díez y Fernando Savater. Economista y catedrático de Economía de la Universidad Complutense de Madrid –en la que ha sido vicedecano de la Facultad de Económicas y director del Instituto de Análisis Industrial y Financiero–, Mikel Buesa ha sido el encargado de elaborar el programa económico con el que UPD se presenta a estas elecciones.

DV.- Dice el gobierno que no estamos al final de un ciclo de crecimiento, sino que esto no es más que un pequeño bache coyuntural provocado por la situación de la economía mundial. ¿Qué piensan ustedes sobre esto?Mikel Buesa.- Nosotros creemos que estamos ante el final de un modelo de crecimiento basado en una utilización intensiva del trabajo de escasa cualificación y bajos salarios. Y además apoyado en una expansión muy fuerte del sector de la construcción. Este modelo era viable mientras tuviera un coste bajo el dinero, porque la financiación exterior permitía la expansión del consumo y la construcción. Y esto ha desparecido a raíz de la crisis financiera que se ha desencadenado en EEUU. Por lo que, más allá de los fenómenos coyunturales, lo importante es entrar en el fondo del asunto y cambiar el modelo de desarrollo económico.

DV.- Rajoy acusa a Zapatero de haber desperdiciado la herencia dejada por los gobiernos de Aznar. ¿Pero no fueron ellos los que iniciaron este modelo basado en la construcción, el consumo y el endeudamiento exterior?M.B.- Sí. Aunque Zapatero se encontró con una situación de bonanza en la economía en la que podría haber impulsado una mejora sobre todo en el sector industrial, en los sectores industriales o de servicios de mayor contenido tecnológico para modificar el modelo de crecimiento seguido por los gobiernos del PP.

DV.- ¿Y cree que de persistir las turbulencias en el sistema financiero mundial puede llegar a tener consecuencias más graves sobre la economía española? Porque afecta directamente a los tres pilares que han sido el sostén básico de nuestro crecimiento.M.B.- Por un lado los tipos de interés tienen una tendencia al alza, no han tocado todavía techo porque en el mercado interbancario se ha instalado la desconfianza. Por el otro, la diferencia de inflación que tenemos resta competitividad a la economía española. Y además tenemos acumulado un déficit exterior muy importante y un endeudamiento cercano al 10% del PIB. En estas condiciones, creemos que el ajuste va a ser muy fuerte y que se va producir por la única vía que ahora mismo tenemos para recuperar la competitividad que es la destrucción de empleo que puede ser muy fuerte si no se toman medidas a tiempo

DV.- ¿Cuáles serían los ejes principales del modelo de desarrollo económico que propone UPD?
M.B.- Lo que nosotros proponemos es una reforma fiscal que alivie la situación de los trabajadores asalariados, equiparando la fiscalidad que se aplica a las rentas de capital a las que actualmente tienen las rentas del trabajo. Una política que esté basada de forma muy importante en la formación, en el capital humano, sobre la base de una reforma en el sistema educativo desde la recuperación por parte del Estado de las competencias en esta materia. Queremos también modificar la política científica y tecnológica, en el sentido de potenciar la innovación tecnológica en las empresas.

DV.- ¿Y con respecto a las infraestructuras?M.B.- Abaratar el acceso a internet, que es el cuello de botella más importante que tenemos para la sociedad de la información, potenciando el acceso gratuito a internet a través de políticas municipales apoyadas por el Estado. El desarrollo de las infraestructuras, completando las grandes redes de transporte por carretera y de transporte ferroviario, especialmente el de alta velocidad, pero también el de cercanías. Y actuar también en el terreno del agua, alcanzando un pacto nacional que evite situaciones donde parece que el agua es de las cuencas de origen y no puede salir de ahí. Otras cosas que son también necesarias, como una reforma en profundidad de los órganos reguladores del mercado, ampliando la competencia en los distintos mercados; proteger la propiedad intelectual e industrial a la vez que se suprime el canon digital, que no es el mejor medio de hacerlo. Acabar con las limitaciones lingüísticas a la movilidad del trabajo con las exigencias que hay en el sector público en algunas comunidades autónomas, donde vale más un título de catalán o euskera que un título de especialidad en medicina, por ejemplo y con la dispersión normativa que existe en las distintas comunidades sobre la actividad empresarial. Crear una comisión de vigilancia en la contratación pública para controlar la corrupción.

DV.- ¿Puede a la larga un país desarrollado como España mantener su estatus y su competitividad con un tejido industrial cada vez más reducido y al mismo tiempo más dependiente del capital extranjero?
M.B.- Eso hay que corregirlo impulsando la industria española a partir de las empresas españolas. El problema en este asunto es que no se puede aplicar una política de incentivos a las empresas nacionales, sino a los factores que impulsan esa actividad, como es el caso de la tecnología. Sobre todo por las limitaciones que impone el marco europeo. La vía más importante para esto es la innovación en las empresas.

DV.- ¿Y con respecto al desempleo, que es una de las preocupaciones fundamentales de los ciudadanos a la vista de lo que está subiendo?
M.B.- Ahí habría que tomar dos tipos de medidas. Por un lado las destinadas a acabar con la dualidad que existe actualmente en el mercado de trabajo, entre un tercio de la población trabajadora en condiciones de precariedad y temporalidad y el resto que están más protegidos. Y por otro lado, aumentar las coberturas y prestaciones destinadas al desempleo, de forma que nadie se viera desprotegido por perder el puesto de trabajo. “Hay que poner en pie el pilar del Estado del Bienestar”
Habría que generalizar a todos los trabajadores asalariados la prestación por hijo, que proponemos establecerla en 1.080 euros al año, frente a los 290 de ahora.

DV.- Crecimiento del PIB y de los beneficios empresariales, pero pérdida de poder adquisitivo de los salarios. ¿Qué medidas habría que tomar para revertir esta creciente desigualdad en la distribución de la riqueza nacional?M.B.- Nuestra idea es que ahí hay que poner en pie el pilar del estado del bienestar, que no se ha puesto en España. Ayudas económicas a las familias, como la generalización a todos los trabajadores asalariados de la prestación por hijo, que la queremos establecer en 1.080 euros al año, frente a los 290 de ahora y sólo para trabajadores con rentas inferiores a los 9.000 euros. Reformar el sistema de pensiones en un doble sentido, favoreciendo la ampliación voluntaria de la jubilación para quienes lo deseen, al tiempo que se suprimen las jubilaciones anticipadas, que es un desperdicio de fuerzas, muy rentable para algunas empresas pero muy poco beneficiosa para el país. Por el otro aumentando las pensiones mínimas al mismo nivel que el salario mínimo interprofesional, así como una subida de las pensiones de viudedad hasta el 90% de lo que hubiera cobrado el cónyuge fallecido. Y, en este terreno, también, alcanzar en la próxima legislatura el 75% de la financiación de la Ley de Dependencia.

DV. En las últimas semanas y meses estamos asistiendo a una escalada de los precios de productos alimenticios básicos. ¿Tienen los gobiernos instrumentos en su mano para frenar esta escalada? Y si los tienen, ¿qué es lo que debería hacerse?
M.B.- Hay algunas posibilidades, aunque hay una parte que viene del exterior. Una causa importante son los precios del petróleo, que sin reducir la dependencia energética no hay nada que hacer. En este asunto creemos que hay que hacer un debate nacional sereno y serio, que contemple qué opciones estratégicas debe tomar España, reevaluar el papel de la energía nuclear, la fotovoltaica, etc. Otro factor importante es una decisión errónea de la UE de dedicar un 10% de la producción de cereales al biocombustible, lo que ha desatado una oleada especuladora con productos de los que, como el maíz o la soja, España no es autosuficiente. Y por último, claro, cada vez que se desata una espiral inflacionista, aquellos sectores que están al abrigo de la competencia tratan de aprovecharse de ello. Habría que actuar ahí también.

A. Lozano

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